Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o dolencia. La salud sexual requiere de un acercamiento positivo y respetuoso a la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se obtenga y mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y promovidos”. (WHO, 2001)

 

Si bien el acceso a esos derechos cuenta con obstáculos que atraviesan transversalmente a toda la sociedad, no todos los cuerpos tienen el mismo grado de reconocimiento y respeto como seres sexuales, personas deseables y deseantes.

 

 

En tanto la sexualidad es tabú y la asociamos únicamente a la genitalidad, cuando exigimos el respeto de los derechos humanos, los sexuales y reproductivos quedan muchas veces invisibilizados. De acuerdo con la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF por sus siglas en inglés) los derechos sexuales y reproductivos se pueden articular de la siguiente manera:

  • Derecho a la igualdad, a una protección legal igualitaria y a vivir libres de toda forma de discriminación basada en el sexo, la sexualidad o el género.
  • Derecho de todas las personas a la participación, sin importar su sexo, sexualidad o género.
  • Derecho a la vida, libertad, seguridad de la persona e integridad corporal.
  • Derecho a la privacidad.
  • Derecho a la autonomía personal y el reconocimiento ante la ley.
  • Derecho a la libertad de pensamiento, opinión y expresión; derecho a la asociación.
  • Derecho a la salud y a los beneficios del avance científico.
  • Derecho a la educación e información.
  • Derecho a elegir si casarse o no y a formar y planificar una familia, así como a decidir si tener o no hijos y cómo y cuándo tenerlos.
  • Derecho a la rendición de cuentas y reparación de daños.

 

La sexualidad no es algo que se vive solamente en la intimidad. Cómo nos mira la sociedad, las posibilidades de acción que suponen y nuestros lazos sociales están incluidos dentro de nuestra sexualidad y no es algo que debamos resolver puertas para adentro. Lo personal es político. Nos educaron para creer que todo aquello que nos pasaba al interior de los vínculos y nuestra propia psiquis era una cuestión meramente individual, dejando de lado el origen social y contextual de muchas de los dilemas por los cuales nos quejamos. Sin embargo, son nuestras acciones cotidianas, en los ámbitos en los que nos movemos, las que articulan espacios de reconocimiento de dignidad. La dignidad conlleva el acceso justo, igualitario y generalizado a los bienes de todos y todas los/as que conforman la idea de humanidad (Herrera, 2000).

Hablar de sexualidad dentro de un paradigma de diversidad es romper con esta lógica de silencio que habilita el deseo en determinados cuerpos y lo excluye en otros.

 

 

Por tal motivo, se creó un consultorio sexológico en Alapa. Un espacio para que puedan hablar acerca de:

  • Dudas
  • Vergüenza
  • Mandatos
  • Temores
  • Dificultades
  • Incomodidades
  • Falta de disfrute

 

En torno a la sexualidad. No necesariamente tiene que haber una disfunción sexual, a veces solo necesitamos información sin sentirnos juzgados/as por nuestras consultas. La terapia consiste en una escucha respetuosa y exhaustiva de inquietudes, educación sexual, búsqueda conjunta de posibilidades y, muchas veces, ejercicios que constituyen parte del tratamiento. No es necesario estar en pareja al momento de la consulta. En ocasiones es suficiente con una consulta y en otros casos que requieren más encuentros, la frecuencia se pauta con la persona consultante de acuerdo a su disponibilidad y sugerencias de la profesional de acuerdo a la temática abordada.

 

Flyer con datos de contacto

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Se puede solicitar una consulta individual o en pareja con Jennifer Selles, Licenciada en psicología y Sexóloga Clínica (MP:63102. MN:61019). La modalidad es Online y sin costo para las personas con una Enfermedad Poco Frecuente.